Soledad Hueros Ayuso es licenciada en psicología por la Universidad de Salamanca en 1992, y especialista en Psicología Clínica desde 2007. Colegiada en Extremadura. Tras varias experiencias como psicóloga en varios centros públicos y privados, desde 2008 trabaja en la Unidad del Dolor de Badajoz.
P: Cuéntanos algo de tu recorrido profesional.
R: Durante veinticinco años mi trabajo se ha desarrollado en el ámbito de la psicología clínica: con infancia-adolescencia, con personas con enfermedades mentales graves, con parejas, adultos y ahora con enfermos crónicos. He tenido la suerte de poder compatibilizar esto con formación, a empresarios, a psicólogos y en general a profesionales sanitarios. Los temas que más he trabajado con ellos han sido habilidades de comunicación, resolución de conflictos, entrevista motivacional, autocuidado del profesional, habilidades terapéuticas y todo lo referente a intervención clínica en dolor crónico.
P: ¿Qué son las Unidades del Dolor y cuándo se crearon en Extremadura?
R: Las Unidades del Dolor son unidades transversales, de apoyo a los profesionales sanitarios en el abordaje integral de pacientes con dolor crónico. Están formadas por equipos interdisciplinares (médicos, enfermeros, auxiliares y psicólogos).
El Programa del Dolor se inicia en el año 2002, paralelamente a su desarrollo a finales de ese mismo año, se dotaron y convocaron las plazas para la creación de las primeras Unidades del Dolor. Las dos primeras iniciaron su actividad en febrero de 2003, una situada en el Área de Salud de Cáceres y otra en el Área de Salud de Badajoz. En el año 2007 se puso en funcionamiento la tercera Unidad del Dolor en el Área de Don Benito Villanueva. En el año 2010 inicia su andadura la Unidad del Dolor del Área de Plasencia.
P: ¿Cómo llegaste a la Unidad del Dolor?
R: El Programa del Dolor en Extremadura en su planteamiento era muy novedoso y atrevido. Cuando aún no se hablaba del abordaje integral de la cronicidad, este era su objetivo ya en 2002.A pesar de eso, no se contempló la figura del psicólogo como necesaria, tampoco había en el resto de Unidades del Dolor españolas. El trabajo diario con los pacientes de dolor crónico fue poniendo de manifiesto la importancia de nuestro perfil profesional en este tema. Manuel Jiménez, coordinador del programa, propuso esta figura y lo consiguió en 2008, que fue cuando me incorporé al equipo de Badajoz. También tiene psicóloga el equipo de Plasencia.
En la actualidad no podría entenderse la Unidad del Dolor sin la figura del psicólogo.
P: ¿Cuál es la función del de psicólogo/a en las Unidades del Dolor?
R: El papel de los profesionales de la psicología es doblemente importante, en el trabajo directo con los pacientes y sus familiares, por su puesto también en la prevención, y el trabajo formativo con los profesionales sanitarios, para ayudarles en este cambio en los modos de hacer. Ya no se trata sólo de curar, también de acompañar en la adaptación y la autogestión de la salud. El dolor no es sólo dolor. El dolor es una EXPERIENCIA no una sensación, tal y como lo define la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor y la Organización Mundial de la Salud. El psicólogo ayuda a pacientes, familiares y profesionales a profundizar en la experiencia. Partir de una adecuada definición del problema es fundamental para contar con buenos objetivos y pertinentes criterios de éxito.
Un gran número de los pacientes de Atención Primaria son pacientes crónicos. Como señala Alejandro Jadad hay que redefinir qué entendemos por salud, la definición que aportaron y se recoge en British Medical Journal en 2011, dice que “El nuevo concepto de salud se enfoca en la capacidad de las personas o las comunidades para adaptarse, o para autogestionar los desafíos físicos, mentales o sociales que se les presenten en la vida”.
La cronicidad supone un gran reto para nuestro sistema sanitario público y para nuestra sociedad. La mayoría de las Unidades del Dolor en España, son fundamentalmente intervencionistas, eso implica el uso de técnicas analgésicas que manejan los Anestesiólogos. En Extremadura convive este servicio con el objetivo de apoyar a los profesionales de los distintos niveles asistenciales en el abordaje de la cronicidad en dolor.
P: ¿Qué aporta este curso a psicólogos/as que trabajan en consultas privadas?
R: La cronicidad y el dolor, por desgracia van en aumento, la OMS alerta de esto, es un problema de salud pública.
El sufrimiento se expresa de muchos modos. El daño que nos infringimos, nuestro modo de vida, la interacción con el entorno, pueden llegar a quebrar el equilibrio y expresar enfermedades como la obesidad, la diabetes, hipertensión, dolor crónico (lumbalgia crónica, estenosis de canal, fibromialgia, distrofias, cefaleas).
La terrible división entre lo físico y lo psíquico que todos hemos sufrido se está cuestionando con fuerza. NO VIVIMOS FUERA DEL CUERPO, somos nuestro cuerpo, no somos fantasmas. Trabajar con la persona implica contemplar ese todo interrelacionado.
Las terapias que abordan lo mal llamado “físico” de muchas enfermedades crónicas como hipertensión, obesidad o dolor, están demostrando su corta eficacia. La comunidad científica está expresando con mucha fuerza la necesidad de tratamientos integrales y la sociedad se va haciendo cada vez más consciente de que las soluciones parciales no contemplan la realidad de sus problemas de salud.
Se está produciendo un cambio de paradigma en el abordaje de los problemas de salud y el papel del psicólogo es fundamental. En este reto podemos, y creo que debemos, aportar luz sobre lo que se ha mantenido en el cuarto oscuro y que hoy se aparece como fundamental para abordar los problemas crónicos de salud desde un prisma más riguroso.