El COPEX ha organizado el curso “Discapacidad Intelectual: Concepto y Paradigma de apoyos”.Hemos entrevistado la ponente, Ana Serna Álvarez, para que nos explique los objetivos y contenidos del mismo.
1. Hablas de la nueva definición de discapacidad, ¿cuándo y por qué se han realizado esos cambios?
Durante la última década, se ha desarrollado un importante trabajo internacional en el ámbito de la Discapacidad Intelectual, dando lugar a un consenso en su definición, los criterios utilizados para el diagnóstico, la clasificación de las personas que han sido diagnosticadas como discapacitadas y la planificación de apoyos individualizados.
Afortunadamente la concepción de discapacidad intelectual cambia cada pocos años. Esto es bueno porque significa que está mejorando continuamente nuestra comprensión y enfoque sobre la población a la que se le diagnostica de esta manera.
La última definición de discapacidad intelectual, proporcionada por la Asociación Americana de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo (AAIDD) en la 12ª edición, fue publicada en España en diciembre de 2021. Debemos la versión traducida en nuestro país a Miguel Ángel Verdugo y Patricia Navas, del Instituto Universitario de Integración en la Comunidad.
2. ¿Qué aspectos han cambiado respecto a la definición anterior?
El propósito de una definición de Discapacidad Intelectual es establecer el significado y los límites del término, y diferenciar qué está incluido de aquello que está fuera del término. El consenso, a través de AAIDD, el DSM-5 y la Clasificación Internacional de Enfermedades en su 11ª revisión (ICD-11), es que la discapacidad intelectual se caracteriza por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual como en el comportamiento adaptativo, y se origina durante el período de desarrollo.
Como aspectos diferenciadores de las definiciones anteriores podríamos señalar, entre otras, que la última definición de discapacidad intelectual tiene una finalidad indudablemente práctica, en la que se aprecia una evolución desde algo puramente diagnóstico a la intervención; la persona se convierte más en sujeto de apoyos que objeto de apoyos; marca los 22 años como edad límite del período de desarrollo, cuando anteriormente estaba fijado en los 18 años; remarca la importancia de conocer y actuar sobre el contexto, que va más allá del entorno; y supone un marco holístico que integra las diferentes perspectivas del conocimiento de la discapacidad intelectual.
“La discapacidad intelectual se caracteriza por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual como en el comportamiento adaptativo, y se origina durante el período de desarrollo”
3. ¿Qué repercusiones tiene la nueva concepción de discapacidad?
Para lo que más está sirviendo es para asegurar que las personas tengan una vida diferente y mejor, una mejor Calidad de Vida y sean consideradas ciudadanas de pleno derecho; frente a otras definiciones que sirvieron para crear instrumentos restringidos al propio ámbito de la discapacidad: escalas para medirla, tratamientos médicos para afrontarla opara prevenir. Desde esta concepción actual, se pretende que se impacte en la vida real de personas, para que dejemos de ver la patología y nos acerquemos a sus proyectos de vida.
“La concepción de discapacidad intelectual cambia cada pocos años. Esto significa que está mejorando continuamente nuestra comprensión de esta población”
4. ¿Qué es el paradigma de apoyos?
La planificación de apoyos para personas con discapacidad intelectual se enmarca en el modelo socio-ecológico de discapacidad y el paradigma de los apoyos.
El primero se centra en "el ajuste" entre las personas y sus entornos, y conceptualiza la discapacidad como la expresión de limitaciones en el funcionamiento individual dentro de un contexto social.
El paradigma de apoyos se basa en la premisa de que: la diferencia más relevante entre las personas con discapacidad intelectual y la población en general es que las primeras necesitan diferentes tipos e intensidades de apoyo para participar plenamente y contribuir a la sociedad; y apoyos para disminuir, es decir, compensar, mitigar o mejorar; el impacto de la discapacidad, pero no eliminar la discapacidad en sí misma (Thompson et al., 2014)
En este contexto, existe un consenso de que la planificación de los apoyos para personas con discapacidad intelectual debe ser centrado en la persona, integral, coordinado y orientado a los resultados.